A la radio la han matado muchas veces. Cuando llegó la televisión, por muchas décadas, se asumió que la radio pasaría totalmente a ser algo de segundo plano. Sin embargo, con el tiempo, la radio encontró su lugar en todos los espacios donde la gente no tenía que ver una pantalla: mientras conducían en su coche, al estar bailando en un club, mientras descansan o van en transporte público, por ejemplo.
Con la llegada de Internet, los mismos agoreros que pensaban que la radio había muerto, han vuelto. Con un mundo digital donde hasta la televisión tradicional parece pasada de moda, la radio estaba más que desaparecida. Sin embargo, la radio se ha digitalizado, no solo en su señal y producción, sino también en sus formas de transmisión. Internet se ha vuelto, con el tiempo, en el principal vehículo de la radio en el mundo.
El papel de la radio tradicional
Probablemente, la radio que emite en AM y FM vaya quedando de lado con el pasar de los años y sea sustituida por otras tecnologías de carácter digital. Pero también eso implica que la radio multiplique su acceso y difusión. Por ejemplo: ya en muchos países, la mayoría de las personas consumen radio y televisión meramente a través de una conexión a Internet. Adaptadores de Smart TV hay muchos, pero aún no existen demasiados que adapten las radios tradicionales.
En cualquier caso, ellas deben mantenerse por diferentes motivos. Para empezar, las emisiones de onda corta que suelen hacer las emisoras públicas de radio de cada país son un mecanismo de difusión a todo el mundo y muy útiles para casos de emergencias. Pero estas no solo son de otro país, sino que pueden producirse a lo interno, ante lo que el rol de la banda ciudadana y las radios tradicionales aumenta en importancia.
Obstáculos de la radio digital
La consolidación de la radio digital es algo que solo será cuestión de tiempo, pero aún tiene muchos obstáculos que sortear. Por ejemplo: el acceso a Internet en grandes ciudades parece algo universal, pero aún en zonas más apartadas tener Internet de banda ancha es todo un problema, y ni hablar de países en vías de desarrollo o subdesarrollados. Ahí, la digitalización requiere de un esfuerzo aún mayor.